Durante el mes de Abril se ha estado realizando el cuento encadenado por los usuarios de la biblioteca, y aquí os lo mostramos.
Como todos los cuentos empezaremos diciendo Erase una vez..... Un día de otoño soleado, por la montaña junto al río bajaba la familia a la que apodaban Falinas al completo, la madre llamada María, con un sombrero que el viento intentaba arrojar al río, el padre junto al perro al que llamaban Reno y del que nunca se separaba, y los dos niños, Pancho y María....
Iban de camino al embarcadero que estaba a unos cuantos kilómetros bajando desde su casa, para recoger a un tío al que hacía muchos años que no veían por que había estado haciendo las Américas...
Isabel 42 Ellos tenían una barca pequeña y querían ir a dar un paseo, pero cuando llegaron una tormenta muy grande se encadenó y no pudieron salir, al lado había una pequeña cafetería y se pusieron tristes, pero pensaron en entrar todos a tomarse un chocolate caliente y pasaron un rato hablando de sus vidas...
Sensi 48 El tío comenzó a contarles sus andanzas por América, a su llegada encontró trabajo en un rancho de una familia acomodada y comenzó a ganar su primer sueldo...
Mª José 28 Su vida en el rancho era muy difícil tenía mucho trabajo que realizar y el dinero que le pagaban muy poco. De lo único que se alegraba era de la hija del dueño que era una joven bellísima con la que cuando podía escaparse de sus tareas mantenía largas conversaciones, y de la que estaba empezando a enamorarse ....
Mari 44 La joven era morena, de pelo ondulado y largo y bastante alta de tez blanca. Su sueño era ser algún día una brillante doctora, por eso pasaba muchas horas estudiando y leyendo artículos que provenían de todas las partes del mundo....
Sonia 26 También les contó que con el dinero recaudado de su trabajo en el rancho, se pudo comprar una casa, aunque no demasiado grande. Ocurrió un día en el que el tío llamado Antoni, estaba viendo tranquilamente la televisión cuando unos golpes misteriosos resonaron en su puerta....
Patricia 11 Al escuchar esos golpes misteriosos todos se quedaron un poco asombrados ya que no esperaban a nadie y mucho menos a alguien que golpeara así la puerta. El tal llamado Antoni, se levantó y se dispuso a abrir la puerta aunque con una rara sensación en su cuerpo. De manera que fue corriendo al armario y cogió su viejo bastón , para así aliviar su miedo cuando abriera la puerta...
Antonio 22 Volvió sobre sus pasos y subió apresurada y sigilosamente la escalera, sujetándose en volandas, con ambos brazos, para no golpear los peldaños con sus pesadas botas, y descolgándose por el ojo de buey del descansillo, logró vislumbrar una delicada figura portando un bulto que asía con inquietud, a la vez que movía la cabeza con rapidez en todas direcciones...
Amalia 48 No obstante algo hizo cambiar el cariz de su estado, que pasó de ser una temible inquietud ligada al miedo a lo desconocido, por una profunda e insólita placidez ligada al hecho de ver tras una última palada de fuerza que la mantenía asida al ojo de buey, un pequeño perrito; un gracioso terrier scotty, que acompañaba a aquella misteriosa mujer- pues parecía ser una- con aquella abultada forma entre sus manos, y es que aquel perro tenía algo de familiar a pesar de no haber tenido en toda su vida, nada que ver con animal alguno, bajó de nuevo las escaleras con decidida y venerada actitud y dejando antes el bastón, lentamente se acercó a la puerta decidida a abrirla y con una extraña confianza en lo desconocido agarró el picaporte y abrió por fin aquella puerta....
Fernando 44Cuando abrió la puerta se encontró con el reciente novio de la chica. El no sabía quien era hasta que le empezó a amenazar si se acercaba a la chica. De repente la chica llegó y empezaron a discutir. La chica cortó con el otro chico ya que siempre era muy bruto y empezó a salir con Antoni. Al año lo dejaron, se caso con su mujer y formó una familia....
Gema y Kawtar 13 Esta familia vivía muy tranquilamente, hasta que un día les llegó una carta diciendo lo siguiente: Querido Señor y Señora:
Vuestro hijo ya tiene suficiente edad para ayudarnos en la guerra de Afganistan. Ustedes no pueden negar el acompañamiento de uno de nuestros empleados para que acompañe a su hijo al aeropuerto. Perdón y muchas gracias....
El sargento LuthierEl hijo no quería ir, y entonces decidió cambiar de lugar e irse a otra ciudad. Ahora tenía que decidir cuando y a donde. Había llegado la ocasión de tomar las riendas de su vida. Nunca se le había presentado algo semejante. Aquella noche se acostó un poco temprano, apenas tomó un poco de sopa y algo de fruta con el solo propósito de relajarse en la cama y pensar con tranquilidad. En la oscuridad de su cuarto recordó que cuando era pequeño vio un póster en la biblioteca del pueblo de un hermoso lago....
Tania 42 Ese lago era mágico, con cisnes flamencos y patos cuchara. Ese póster lo tocabas y te sumergías en un mundo de fantasía y magia. Luthier lo tocó y vio a una gran sirena que se llamaba Mermand, era sueca ¡¿Sabéis donde esta Suecia? ! Bueno está muy lejos, es un país donde hay muchos muebles, donde está Ikea.
Esta sirena trabajaba en Ikea en la sección de cocinas, ella estaba siempre trabajando y no podía salir. Ella fue a dar un paseo por el lago, se llamaba Acer, y siempre estaba congelado, luego fue a bañarse, y se quedó petrificada....
Fransy 14 Los viejos del lugar solían reunirse en sus orillas y contar historias y antiguas leyendas sobre misteriosas criaturas que habitan en las profundidades del lago. Jonas Kristien, el más viejo de todos, de pelo blanco y prieto, barba tupida y pipa incansable, contaba con la mirada perdida en el horizonte, cómo en una ocasión, cuando era joven, pescaba en el centro del lago en su pequeña barca de remos, cuando fué testigo de visión más aterradora que, ni siquiera un atezado lobo de mar como él, pudiera imaginar ni en sus peores pesadillas....
Paco 44La visión que Jonas Kristien tuvo aquel día le persiguió durante toda su vida: su larga y ajetreada vida fué una pesadilla, tanto temor sentía que se veía obligado a refugiarse en la vieja mina que había heredado de su padre. Ahora el pasado dormía en su mente. Todo lo había olvidado. Tiene la memoria tan gastada como las rocas de los acantilados. En su pensamiento sólo vive el recuerdo de la tarde en que le pidió a Telma que le acompañara a la playa. El viejo recordaba todo lo sucedido como si hubiera acaecido unos instantes antes. Fue una tarde mágica: él, que tantas veces había arañado la tierra y buscado en el mar, tratando de encontrar algún tesoro, de pronto, conoció un tesoro mayor. Telma le había comunicado que se quedaba a vivir allí; total no tenía donde ir, quería estar con él, estaba cansada y dolorida de ir de un sitio a otro como una estrella errante. Él notó que su vida estaba cambiando; nuca se había relacionado con mujeres; es más, no las había echado en falta, y sintió como aquella joven se adentraba en su corazón; se cruzaba en su camino como un ángel distraído que le había robado el alma. Ella a su vez había encontrado en aquel hombre grandullón y un poco rudo la ternura y protección de la que tan necesitada estaba....
Conchi 65 Desde ese momento Jonas y Telma fueron felices uno en compañía del otro. Pero un día algo en el ambiente era muy extraño, el día era soleado, las gentes del lugar hacían sus faenas diarias. Telma sentada en el patio de su casa veía a sus vecinos de un lado para otro haciendo sus compras, llevando a los niños al colegio, y de pronto se dio cuenta. No se oía ni un pájaro, ¿donde están las pesadas moscas que siempre revolotean al rededor ?, ¿ Donde está su fiel perrita lulu que siempre estaba a sus pies? esto es de lo más extraño....
Katrina 27Telma había enfermado, Jonas cuidaba de ella y no salía, por eso lulu ya no salía tampoco, los hijos de Telma y Jonas se llevaron a Lulu viendo los problemas que tenían sus padres. Lulu estuvo muy triste durante muchos días al no estar con sus dueños, pero sus hijos le dieron cariño, hasta que Lulu volvió a ser feliz. Telma y Jonas murieron y sus hijos quisieron seguir con todas sus costumbres. Eran Emilio y Teresa....
Paquita 77Emilio era un chico encantador, y todas las chicas del pueblo estaban loquitas por sus huesos, pero él no quería novia ni tenía tiempo de buscarla por que cuidaba de su hermana cinco años menor que él. Vivían a las afueras del pueblo, en una casita pequeña pero muy coqueta, con un jardín tan bonito que era la envidia del pueblo. Un día que Teresa aún dormía, Emilio salió de casa para hacer unas compras en el pueblo, tan distraído estaba que no vió un coche que se acercó y le atropelló. Pasó varios días en coma, cuando despertó no se acordaba de quien era......
Mª Carmen 41 Teresa pasó todos los días cuidando de su hermano y cuando despertó se puso muy triste, e incluso algo cabreada, al comprobar que su hermano ni tan siquiera se acordaba de ella. Pero volvió junto a él y le ayudó en su recuperación. Cuando por fin Emilio recobró su memoria le agradeció todo lo que había echo por él y como agradecimiento le hizo un regalo algo especial, un viaje a la ciudad que desde pequeña Teresa quería visitar, Barcelona. Allí recorrieron todos los lugares más insólitos y Emilio jamas había visto tan feliz a su hermana.....
Tal fue su felicidad que ella no quiso volver, el sin embargo si, por lo que volvió sin ella. Teresa hizo allí amigos y buscó trabajo, además hizo la carrera de derecho. Su hermano la visitaba de vez en cuando e intentaba convencerla para que volviera con el, aunque nunca tuvo éxito. Teresa al licenciarse montó un bufete con el dinero que había recibido de sus padres, en el cual trabajaba ella y dos abogados más, Carla y Alex. Ella poco a poco se convirtió en alguien muy especial para él, aunque no tuvieron nada porque el tenía novia. Un día salieron de fiesta los tres juntos y sin darse cuenta acabaron besándose, pero el no quería que cambiara su situación con ella, ni que su novia supiera nada de lo que ocurrió. Para Teresa esa situación era incómoda y decidió volver con su hermano. ....
Sólo una semana, le dijo Teresa a su hermano Emilio, se quedaría una semana para enfriar los aires cargados que se respiraban en su bufete de Barcelona, había sido una gran idea ir al pueblo y reencontrarse con su hermano, no se había dado cuenta de todo lo que necesitaba de él, de su casa y de su viejo pueblo hasta que se encontró allí. Uno de los días que salió a pasear por la playa le ocurrió algo muy extraño, a lo lejos en la arena había un anciano tumbado, como se le fuera imposible levantarse, aunque ponía bastante empeño en ello, Teresa aligeró el paso para ir en su ayuda, y mientras más se acercaba a él más joven se volvía a sus ojos. Teresa no entendía lo que estaba sucediendo y aturdida y desconcertada, se paró a menos de un metro de él, viendo que ya no era un anciano, si no un joven guapo de intensa mirada, y sonrisa en los labios. El joven le preguntó si le ocurría algo y ella muy impresionada le preguntó por el anciano que se encontraba en su lugar. El joven mirándola fijamente le aseguró no saber de que estaba hablando, allí en la playa sólo había estado él toda la tarde, no había visto a nadie más, ella se despidió muy preocupada, pues estaba segura de lo que había visto, cuando había andado unos cuantos metros más, se volvió para mirarlo otra vez, y se quedó paralizada, ya no había un joven guapo, había un niño, un niño pequeño de mirada intensa; más intrigada que asustada volvió sobre sus pasos y muy lentamente empezó a acercarse a el, mientras más se acercaba a él más joven se hacía el niño, hasta que sólo era un bebe, con una mirada intensa. Cuando consiguió llegar hasta el, había desaparecido, allí no había nadie. Muy preocupada se arrodilló en la arena, en el mismo sitio donde había visto transformarse a un anciano en joven, a un joven en niño, y a un niño en bebe, eso si todos con una mirada intensa que era lo que más le perturbaba. Pensó que se estaba volviendo loca, allí no había nadie, pero cuando miró al suelo vio escrito en la arena ¡Solo vemos lo que queremos ver, lo más difícil es mantener siempre la misma mirada!
Esto no podía estar pasando, se decía Teresa, no a ella una mujer práctica y sensata, una prestigiosa abogada, con un prestigioso bufete, lo que más la desconcertaba era que la frase estaba firmada, y al pie de la última letra ponía: Jonas.
Reme 33